viernes, 2 de abril de 2010

Una mañana linda

Desayuno. Leo el periódico. En la portada, "Reynosa bloqueada"; "El Conejo y el Bofo convocados a la Selección". Mi nota sobre un migrante australiano que pasó 4 meses encerrado en la estación migratoria de Iztapalapa se fue en buen espacio, pero hasta la página 10.

"No está tan mal", pienso.

Tomo un poco de avena.

Ring... ring...

Mi celular está en el comedor. Debe ser Doc. Siempre me habla como a eso de las 09:00. Me acerco a mi bolsa, saco el teléfono. No es Doc. No identifico el número. Pienso "debe ser esa llamada que espero desde el viernes". Es miércoles.

Automáticamente, comienzo a temblar. ¿Sí, no?

Mis papás bajan a desayunar. Yo me salgo al patio a hablar. Intento calmarme. Contesto tranquilamente, aunque siento el corazón a todo lo que da.

Es Ricardo, del British Council. Una de las 5 personas que me entrevistó trece días antes en la Embajada Británica. La persona que me avisaría si sí o si no. Había llegado el momento.

- Te estamos buscando desde el lunes. Te estaba marcando al 553433...

Lo interrumpo.

- Ese celular no lo estoy usando, hablé para avisarles...

- No te preocupes. Te hablo para darte tu resultado. A ver, espérame déjame y busco...

- Mi expediente

- Sí, eso, tu expediente. Espera...

- Sí.

- Aquí está. Primero quiero darte un feedback.

Pienso. Feedback. Retroalimentaicón. Justificación. Algo me huele mal. No importa. Le digo que continúe. Aún tengo esperanzas.

- Calificamos tres aspectos. Te voy a decir uno por uno.

No pongo mucha atención en los tres aspectos. Sólo recuerdo que me dijo las palabras: "They consider you a very intelligent person, a human rights defender, a leader, a very strong candidate..."

Terminando los elogios, esperaba la frase: "pero desafortunadamente, hay otros candidatos igual de buenos que tú y no podemos otorgarte..."

Pero no. Ricardo dijo lo que debió haber dicho al inicio de la conversación.

- Por eso, tengo el gusto y el placer de informarte que tienes una beca Chevening.

Respiro profundamente. Sonrío y doy brincos por el patio, asustando un poco a mi perro Spot.

- ¡De verdad! Muchas gracias, no sabes qué feliz me hace escuchar eso...

Ricardo me da más detalles.

Y luego de 3 años de decirle al mundo que me iría a hacer una maestría al Reino Unido, pienso que ya no hay marcha atrás.

Es septiembre de 2010. Y Doc viene conmigo.